Un metro cuadrado
de tierra es bastante,
un metro cuadrado,
con tapia de piedra
todo él rodeado.
Que la gente sepa
que todo eso es mío
y nadie se atreva
a entrar sin permiso
y, dentro, un manzano
o tal vez una parra
Para refugiarse
en su sombra en verano
con una guitarra,
pues no cabe un piano.
Un metro cuadrado
sembrado de hierba
y en él recostarme
un poco encogida,
rozando la piedra.
Un libro en las manos
con estampas viejas
y canto dorado:
Cuentos de Calleja.
Se escucha un grillo
Oculto en la parra
Un cri-cri que acompaña
Su canto sencillo
Son hermano grillo
Y hermana cigarra
Sobre mi cabeza
Se ve el cielo mío,
Todo el cielo propio
Y poder mirarlo
Sin pedir permiso
Con un telescopio
Un metro cuadrado
De mi propia tierra
Hasta el fondo adentrado
Para que me entierren
Bajo la maleza
Junto a mi guitarra
De pie o de cabeza