
Madrid es una ciudad que se puede odiar por muchos motivos. Pero también es una ciudad a la que se puede amar por otros muchos motivos. Ayer me ocurrió una de esas cosas que me recuerdan por qué, pese a todo, me gusta vivir aquí.
Espero el autobús para ir al trabajo sobre las 7.45 de la mañana. Un taxi se para justo en frente de mí porque el semáforo está en rojo. Distraídamente, me fijo en que el taxista está ojeando un libro. Me llaman la atención las ilustraciones. Afino la vista y reconozco unos nenúfares incofundibles.
3 comentarios:
Me encanta Madrid, aquí hay lugar para todos, con nuestros gustos dispares y nuestras vidas singulares.
Me trae a tí lamardestrellas, me gusta leerte.
Lou
Gracias Lou, me alegro de que te guste pasar por aquí. Te tengo que devolver esa visita :)
A mí me encanta leeros a los dos... :-) Yo soy de Madrid, así que me es fácil decir aquello de "De Madrid al cielo"... aunque de hecho, ¡prefiero vivir en las afueras!
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